Saturday, August 11, 2007

CONCIERTO

DE LA COLONIA A LA REPUBLICA
Auditorio
UNIANDINOS
Calle 92 No. 16-11
Lunes 10 de diciembre
7.45 pm
Entrada Libre


















(de izq. a derecha)
Iván Y. Benítez, tenor
Victoria Camacho, violín barroco
Juan Luis Restrepo, clavicémbalo, viola de gamba, bandola
Juanita Delgado, soprano
Egberto Bermúdez, guitarra barroca, laúd, arpa, guitarra romántica, Dirección

DE LA COLONIA A LA REPUBLICA

La mayoría de las piezas que se interpretan en este programa son canciones. La canción fue uno de los pilares más importantes en el desarrollo de la música latinoamericana y española. Nuestro territorio (el antiguo Nuevo Reino de Granada de la colonia o la Republica de Colombia después de 1819) no constituyó una excepción como escenario para su amplio cultivo.

El villancico de carácter religioso (también llamado tono a lo divino) y el tono humano constituyeron la base del repertorio mas cultivado e interpretado en España y sus colonias ultramarinas durante el siglo XVII, el auge y Edad de Oro de la cultura y el imperio español. Los villancicos (que hoy sólo oímos en la Navidad) eran canciones de tema religioso que se hacían con motivo de la casi interminable serie de fiestas del calendario litúrgico católico, desde la Epifanía, después de Navidad, pasando por aquellos de Semana Santa (Cuando muere el sol) y continuando con los relacionados con la temporada festiva de mayo, junio y julio (fiestas de la Virgen, San Juan, Corpus Christi, San Pedro y San Pablo) hasta aquellos de los santos patronos o de la otras fiestas de la Virgen (Anunciación, Purificación, Concepción, etc.). El villancico representaba la cultura popular, con música generalmente prestada de bailes (La Cuella y el Fandango por ejemplo) y canciones populares, que se contraponía a la seriedad de la música en Latín (Lamentación a solo) y que desde comienzos de la Contrarreforma había sido la forma de contrarrestar la estrategia Luterana de cantar las alabanzas religiosas en el idioma vernáculo y con sencillas estructuras musicales que la gente recordaba y disfrutaba. Por su parte los tonos humanos (como los de José Marín de este programa), compartían las sencillas y atractivas estructuras musicales de los villancicos y eran los equivalentes de la época a las actuales baladas y boleros, generalmente de tema amoroso (aunque no exclusivamente) y que constituían el inmenso repertorio de música doméstica y tenían además una singular posición en el teatro, otro de los filones importantes de la cultura española del momento.

El legado musical del periodo colonial arriba descrito no se transformó sustancialmente con la emancipación de nuestra sociedad del imperio español. Si bien las nuevas influencias culturales que trajo la inversión extranjera y el comercio (como el vals, la guitarra de seis cuerdas y el piano) tuvieron un auge inmediato en las capas altas de la sociedad, la cultura colonial continuó siendo la base de la cultura popular nacional. Algo similar sucedió en otras partes de América aunque por ejemplo el caso de la música brasileña presenta interesantes contrastes con la nuestra ya que allí, el incipiente nacionalismo musical no fue producto de la separación con Portugal sino por el contrario, del traslado de la sede del imperio portugués a Río de Janeiro en 1806. La modinha (canción) y el lundú (baile de pareja) florecieron y se dispersaron en España y América y por ejemplo en un cuaderno de piezas para guitarra de alrededor de 1830 tenemos un ejemplo de este último. Bailes conocidos en el teatro como el baile inglés y el bolero (o aquellos sociales como la contradanza) se popularizaron por medio mundo (de Francia a Cuba, Argentina y los Estados Unidos) aunque en los sainetes y tonadillas, entremeses musicales preferidos en los coliseos de comedias de España y América se siguieran cantando y bailando las seguidillas (como la del compositor y guitarrista Sors que aquí se interpreta), ya clásicas a comienzos del siglo XIX.